FP: Yo quería subrayar el ritmo vertiginoso con el que viene creciendo económicamente. Según el diario, The Economist, entre 2000 y 2010 Perú tuvo la segunda tasa más alta de crecimiento en América Latina.
SP: Sí, el progreso económico durante esta década ha sido notable. 2010 se ha cerrado casi con un 10% de crecimiento y la pobreza, que al inicio de la década era de un 48%, hoy es de un 34%. Para los próximos años ya tenemos prevista una inversión privada superior a los 30 mil millones de dólares (unos 23 mil millones de euros). Y más allá de estas cifras, sobre todo en las grandes ciudades, se vive una efervescencia económica bastante inédita. Ahora, existe una vida urbana más rica, sobre todo en la zona costera, en espacios donde hasta hace muy poco creíamos que solo se reproduciría la escasez monetaria. Así que, en efecto, es un momento interesante.
FP: ¿Interesante? No desborda optimismo.
SP: No es cuestión de optimismo o pesimismo, lo que pasa es que no me olvido que todo esto se construye sobre desigualdades. Las cifras generales son estupendas pero ¿sabía usted que en la selva peruana la miseria aumentó entre 2008 y 2009? O, pongamos otro ejemplo, en 2004 la pobreza rural era el doble que la urbana y hoy, ésta es casi tres veces más grande. Aunque ambas tasas absolutas han descendido.
El producto nacional crece como usted ha mencionado, quienes más ganan con el modelo económico no necesariamente pagan el volumen de impuestos que deberían. Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Perú tiene una presión tributaria por debajo de la media latinoamericana y ésta debería ser mayor de acuerdo al desarrollo de su economía. En fin, no se olvide que todas las sociedades que pasan por cambios acelerados de modernización generan ganadores y perdedores. Y a mí no me queda otra que hablarle de ambos.
FP: En los 70, cuando campeaban las dictaduras de derecha en América Latina, Perú tenía una de izquierda con Velasco Alvarado; en los 80, cuando el sueño guerrillero languidecía por todas partes, apareció Sendero Luminoso; y en los 90, cuando la democracia se consolidaba, usted estrenó los autoritarismos con elecciones de Alberto Fujimori. Dígame, ¿Habrá ahora alguna sorpresa?
SP: Mis curiosidades no las ha podido prever nadie. En todo caso, creo que las sorpresas ahora, felizmente, están restringidas al ámbito electoral. Ahí todo es muy fluido y abierto y como los peruanos tenemos niveles de confianza muy bajos entre nosotros y hacia nuestras instituciones políticas, cada elección se parece a una lotería.
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http://fp-es.org/nueve-preguntas-que-piensa-la-sociedad-en-peru
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